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La enfermedad de la Línea blanca Requiere un Diagnóstico Temprano y un Tratamiento Agresivo

La línea blanca es la banda estrecha de color claro visible en la parte inferior de una pezuña recién recortada en la unión de la pared de la pezuña y la suela. La enfermedad de la línea blanca, una infección que causa la separación de la pared, se puede ver primero en la línea blanca, pero en realidad afecta la zona de contacto entre la pared externa dura y la capa media del tejido de la pezuña. Ocurre más comúnmente en los pies delanteros, pero puede ocurrir en cualquier pie. El viejo dicho, «Sin pie, sin caballo» bien podría haberse acuñado en referencia a este grave problema que puede llevar a meses de tratamiento intensivo. En casos graves, se puede desarrollar cojera. Si no se trata, la enfermedad de la línea blanca puede provocar la rotación del hueso del ataúd debido al daño generalizado en las estructuras de soporte de la pezuña.

La enfermedad de la línea blanca se ha reconocido durante años y ha acumulado nombres como dedo del pie sórdido, pie hueco, tordo de pared y putrefacción del establo. A pesar de su larga historia, los factores desconocidos exceden lo que se entiende sobre la condición. No está claro, por ejemplo, si la causa es fúngica o bacteriana, o posiblemente una combinación de ambos actuando por separado o juntos. Se han encontrado organismos anaeróbicos en el tejido afectado, pero las cepas aeróbicas no se han eliminado de la consideración. Se ha sugerido que algún tipo de estrés (conformación defectuosa de las pezuñas, deformidades del flexor, conmoción cerebral en suelo duro, apalancamiento creado por dedos de los pies excesivamente largos, o la combinación de un caballo con sobrepeso y pezuñas pequeñas) causa que las láminas se rasguen y sangren. Este trauma puede proporcionar un centro de crecimiento para bacterias u hongos que habitan en el suelo y que entran en la pezuña a través de grietas o agujeros en las uñas. Otros factores que se han relacionado vagamente con la enfermedad de la línea blanca son la falta de ejercicio, los zapatos demasiado pequeños, la higiene estable deficiente, los pastos o establos húmedos y la nutrición inadecuada. Para cada hipótesis, sin embargo, parece haber casos que no se ajustan al perfil.

La enfermedad de la línea blanca se puede diagnosticar durante un recorte de rutina cuando un herrero nota una pequeña área de tejido negro o gris desmenuzado o empolvado en la línea blanca. Separar el cuerno dañado revela la separación de las capas de la pezuña que van hacia arriba desde el dedo del pie hacia la banda coronaria. Golpeando la pared de la pezuña sobre la separación produce un sonido hueco. A veces se notan protuberancias o áreas hundidas de la pezuña. El caballo generalmente no está cojo en esta etapa.

Los propietarios deberán consultar tanto a un veterinario como a un herrero para obtener ayuda en la eliminación de la enfermedad de la línea blanca. El tratamiento generalmente implica cuatro pasos. En primer lugar, se debe extirpar todo el tejido infectado. Esto a veces se puede lograr alcanzando el área hueca con un cuchillo de pezuña y raspando hasta que se encuentre tejido sano. En casos más avanzados, se retira la pared de la pezuña sobre la parte afectada. Los problemas para resolver la afección a menudo se atribuyen a la incapacidad de eliminar cada pedacito de infección. Un herrero puede necesitar examinar al caballo con una frecuencia de hasta diez días para cortar las áreas que muestran daños.

El segundo paso es la aplicación de un producto antibacteriano o antifúngico. Yodo, lejía, peróxido de hidrógeno, sulfato de cobre y una larga lista de desinfectantes comerciales para cascos se han utilizado con éxito variado. Evidencia anecdótica de lo contrario, ningún producto parece ser efectivo en todos los casos. Las recomendaciones de un veterinario pueden ayudar al propietario a elegir un producto que detenga la infección sin dañar el tejido sano. Sorprendentemente, hay evidencia de que algunos casos de enfermedad de la línea blanca se resuelven después de la extracción completa de todo el tejido afectado sin el uso de desinfectantes.

La siguiente fase consiste en evitar que la pezuña se vuelva a infectar. Se dice que la exposición al aire y evitar la humedad son importantes. Aunque algunos tratamientos implican empacar el área separada con medicamentos o cubrir la pezuña afectada con un parche acrílico para evitar la entrada de suciedad y humedad, a veces se ha culpado a estas medidas de perpetuar las condiciones oscuras y húmedas que permiten que la infección persista y se propague.

El paso final es la protección durante el crecimiento de nuevos cuernos, un proceso que dura de varios meses a un año. El calzado ayuda a sostener la pezuña y a mantener la presión fuera del dedo del pie. Dependiendo de la ubicación y la cantidad de pared que se haya eliminado, puede ser necesario usar zapatos con barra de huevo o barra de corazón, zapatos con pegamento o zapatos con clips o tornillos adicionales. En muchos casos, la infección es bastante difícil de eliminar, e incluso en caballos que parecen recuperarse por completo, la recurrencia se observa con frecuencia en pocos años.

Ningún caballo es inmune a los problemas de pezuñas, pero el sentido común implica que esta infección se puede minimizar manteniendo establos limpios, programando visitas regulares de herreros y proporcionando una nutrición equilibrada. Un estudio en la Universidad de Edimburgo confirmó que el contacto prolongado con el estiércol causaba la desintegración del tejido de la pezuña, y el daño era especialmente grave cuando la pared de la pezuña ya estaba en malas condiciones. Recortar o reajustar los zapatos cada cinco a seis semanas protege las pezuñas de dos maneras. La tensión de tejido causada por desequilibrios o dedos de los pies largos generalmente se puede evitar, y los exámenes frecuentes permiten que un herrero encuentre evidencia de enfermedad antes de que la infección haya destruido áreas extensas de la pezuña.

El elemento dietético para controlar la enfermedad de la línea blanca implica alimentar las cantidades recomendadas de energía, vitaminas y minerales. Un suplemento de pezuñas que proporciona biotina, metionina, zinc y yodo adicionales suministrará nutrientes que son esenciales para el desarrollo y mantenimiento de capas de tejido de pezuñas fuertemente unidas. Kentucky Equine Research recomienda el uso de Bio-Bloom PS (Bio-Bloom HF en Australia), un suplemento de doble acción diseñado para promover y mantener las pezuñas y la piel saludables desde adentro hacia afuera.

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