Articles

Está utilizando un navegador obsoleto

¿Qué es el Delirio?

El delirio es un trastorno común que afecta principalmente a los adultos mayores. Sin embargo, no discrimina y también puede afectar a los jóvenes, especialmente después de una cirugía.

Es un estado cognitivo agudo que hace que el paciente experimente alteraciones fluctuantes como confusión, desorientación y disminución de la conciencia (Mayo Clinic 2020).

La Diferencia entre Delirio y Demencia

Otras causas de cambios cognitivos, como una demencia preexistente, deben descartarse antes de que se pueda hacer un diagnóstico de delirio. Como los síntomas del delirio y la demencia son similares, a veces el delirio puede diagnosticarse erróneamente como demencia.

También es importante tener en cuenta que hasta el 80% de los casos de delirio postoperatorio no son reconocidos ni atendidos por el personal sanitario (Marcantonio & Comentarista 2012).

Una de las principales diferencias entre el delirio y la demencia es que el delirio es una afección reversible, mientras que la demencia no lo es. Esta es la razón por la que un diagnóstico de delirio es esencial para revertir la afección de manera efectiva. Si esto no ocurre, el tratamiento y, en consecuencia, la recuperación se retrasan, lo que puede tener muchas consecuencias negativas para el individuo y su familia.

El delirio también se desarrolla en un corto período de tiempo en comparación con la demencia. La demencia puede ser bastante insidiosa con su progresión. Se tarda más tiempo en desarrollarse y es un proceso de enfermedad degenerativa.

El delirio a menudo puede ser una consecuencia física directa de una afección médica general, como un desequilibrio hidroelectrolítico después de la cirugía. No es un proceso degenerativo, más bien, uno vinculado con una condición médica específica que ha causado cambios en la homeostasis normal del individuo y en la función corporal (Koutoukidis et al. 2017).

Esta es la razón por la que es esencial obtener una historia completa del individuo, así como asistir a evaluaciones mentales y físicas frecuentes del individuo con el fin de obtener información sobre su estado actual y garantizar que el diagnóstico de delirio sea oportuno y preciso.

los Signos y Síntomas de Delirio

Los signos y síntomas de delirio puede fluctuar en el individuo durante el curso de un período de 24 horas. Cada individuo variará en su presentación del delirio. Algunos de los síntomas que pueden mostrar incluyen:

  • Conciencia reducida de su entorno;
  • Disminución de la capacidad para enfocar la atención;
  • Distraerse fácilmente;
  • Cambios en la cognición, como deterioro de la memoria, alteración del lenguaje o desorientación;
  • Alteraciones de la memoria recientes afectadas negativamente;
  • Desorientación a tiempo, lugar y persona;
  • Alteraciones del lenguaje, como incapacidad para nombrar objetos o escribir, o; y
  • Trastornos de la percepción, como alucinaciones, ilusiones o interpretaciones erróneas.

(Koutoukidis et al. 2017)

Delirio postoperatorio

El delirio postoperatorio es, como su nombre indica, un delirio que se presenta en individuos después de la cirugía. Puede desencadenarse por una variedad de factores que incluyen:

  • Desequilibrios de líquidos y electrolitos;
  • Deshidratación;
  • Hipoxia;
  • Hipercarbia;
  • Alteraciones ácido-base;
  • Infecciones como infecciones respiratorias, de heridas o del tracto urinario;
  • Medicamentos que incluyen anticolinérgicos, benzodiacepinas, opioides y depresores del sistema nervioso central;
  • Dolor no aliviado;
  • Pérdida de sangre;
  • Disminución del gasto cardíaco;
  • hipoxia vertebral;
  • Insuficiencia cardíaca;
  • Infarto agudo de miocardio;
  • Hipotermia o hipertermia;
  • Entorno desconocido y privación sensorial;
  • /li>
  • Cirugía de emergencia;
  • Abstinencia de alcohol;
  • Retención urinaria; y
  • Retención fecal.

(Farrell & Dempsey 2013)

También hay ciertos factores de riesgo que las personas pueden tener que aumentan su riesgo de desarrollar delirio posoperatorio. Estos incluyen:

  • Ser un adulto mayor;
  • Tener antecedentes de abuso de alcohol;
  • Tener disminución de la función cognitiva preoperatoria;
  • Tener disminución de la función física; y
  • Haber tenido ciertos tipos de cirugías, incluida la cirugía de emergencia.

(Farrell & Dempsey 2013; Robinson & Eiseman 2008)

Un factor importante a recordar es que, a menudo, este estado de confusión puede ser un indicador temprano de infección, desequilibrio de líquidos y electrolitos o deterioro físico. Esta es la razón por la que el monitoreo físico y mental frecuente de una persona que sufre delirio postoperatorio es una parte esencial de la atención de enfermería quirúrgica (Farrell & Dempsey 2013).

Es importante que se identifique la causa del delirio y luego se trate de inmediato para revertir el delirio. Esto se hace junto con la implementación de estrategias de manejo para el paciente (Vijayakumar et al. 2014).

Estrategias de manejo

Los enfermeros pueden ayudar a implementar estrategias para ayudar en el manejo del delirio postoperatorio en los pacientes. Además de vigilar de cerca al propio paciente, también se evalúa su entorno inmediato. El paciente debe mantenerse cerca de la estación de enfermeras para su supervisión, tener una sala bien iluminada para ayudar con la orientación y, al mismo tiempo, también se debe tener cuidado para minimizar cualquier ruido molesto o desconocido. También se puede colocar un reloj y un calendario en la habitación del paciente para ayudar a mejorar su orientación. También es importante asegurarse de que el paciente ha ininterrumpido sueño nocturno (Farrell & Dempsey 2013; Robinson & Eiseman 2008).

El personal debe presentarse cada vez que entra en contacto con el paciente, así como reorientarlo tan a menudo como sea necesario, incluso si esto significa cada vez que entra en la habitación. Involucrar al paciente en la conversación e involucrarlo en cualquier actividad de atención que esté ocurriendo también puede ayudar en el manejo del delirio postoperatorio (Farrell & Dempsey 2013).

También se deben considerar los problemas de seguridad. Estos incluyen el riesgo de que el paciente se agite y extraiga inadvertidamente drenajes, tubos o conductos, así como el mayor riesgo de caídas.

El paciente no debe ser restringido si es posible, ya que esto puede empeorar su confusión. En su lugar, se deben utilizar otras opciones, como hacer que un miembro del personal o de la familia se siente con el paciente para garantizar su seguridad. También es importante no descuidar la actividad física en el individuo durante esta etapa, ya que esto no solo puede empeorar el delirio, sino que además, pone al individuo en riesgo de otras complicaciones postoperatorias como el desarrollo de áreas de presión y trombos venosos profundos (Farrell & Dempsey 2013; Robinson & Wiseman 2008).

Se debe evitar, si es posible, el manejo de medicamentos para el delirio postoperatorio, incluido el uso de medicamentos como lorazepam o haloperidol, ya que estos pueden tener efectos secundarios adicionales para las personas. Si el delirio postoperatorio se ha atribuido al dolor o al uso de ciertos analgésicos, la enfermera debe asegurarse de que el dolor del paciente se maneje de una manera que no aumente su confusión (Farrell & Dempsey 2013; Marcantonio & Discussant 2012).

Resultados

El delirio postoperatorio es una complicación significativa después de la cirugía que puede provocar un deterioro funcional y una hospitalización más prolongada. El delirio postoperatorio también aumenta el riesgo de otras complicaciones en el hospital, como caídas y neumonía por aspiración (Robinson & Eiseman 2008).

La duración del delirio varía de una persona a otra; aproximadamente la mitad de las personas con delirio tendrán sus síntomas resueltos dentro de los dos días posteriores a su inicio. Otro tercio tendrá síntomas que continuarán hasta el alta hospitalaria. Sin embargo, hasta el 50% de los pacientes tras el alta continuarán mostrando algunos signos de delirio un mes después de la cirugía (Marcantonio & Discussant 2012).

Esta es la razón por la que es una complicación tan significativa de la cirugía. Como enfermeras, necesitamos ser conscientes de cómo podemos implementar estrategias para ayudar al paciente y a su familia con delirio postoperatorio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *