Teorías de comportamiento colectivo
Teorías de interacción
Los sociólogos y psicólogos sociales, sin negar el lugar de la motivación individual en cualquier explicación completa del comportamiento colectivo, han enfatizado más a menudo una cualidad o intensidad distintiva de la interacción social. estadounidense. el sociólogo Ernest Burgess, junto con Park, asocia el comportamiento colectivo con la» reacción circular», un tipo de interacción en la que cada persona reacciona repitiendo la acción o reflejando el sentimiento de otra persona, intensificando así la acción o el sentimiento en el creador. Blumer agrega una sutileza a esta teoría al distinguir claramente la reacción circular de la «interacción interpretativa», en la que el individuo primero interpreta la acción de otro y luego hace una respuesta generalmente diferente de la acción de estímulo. Otra corriente de pensamiento ha enfatizado la diferencia de intensidad en lugar del tipo de interacción. Siguiendo el ejemplo del científico social francés Gabriel Tarde y el psicólogo francés Alfred Binet, muchos investigadores han buscado pistas de que las tendencias imitativas normales y la sugestionabilidad pueden intensificarse en el comportamiento colectivo. Un enfoque importante se basa en la crítica del psicólogo estadounidense Floyd H. Allport a Le Bon y William McDougall, un estadounidense nacido en Gran Bretaña. psicólogo, por su concepto de «mente de grupo», y por su aparente suposición de que el comportamiento colectivo hace que las personas hagan cosas a las que no están predispuestas. Allport insistió en cambio en que el comportamiento colectivo implica simplemente un grupo de personas que hacen lo que antes querían hacer, pero para lo cual carecían de la ocasión y el apoyo de asociados de ideas afines.
Estas teorías de interacción han sido etiquetadas como teorías de contagio y convergencia, respectivamente, la primera enfatizando la propagación contagiosa del estado de ánimo y el comportamiento; este último hace hincapié en la convergencia de un gran número de personas con predisposiciones similares. Ambos han tratado de explicar por qué un grupo de personas se siente y actúa (1) unánimemente, (2) intensamente y (3) de manera diferente a la manera en que actúan habitualmente. Otros teóricos de la interacción han cuestionado la suposición de la unanimidad, proponiendo que en la mayoría de los tipos de comportamiento colectivo se establece un único estado de ánimo y curso de acción con tal fuerza e intolerancia que los muchos que disenten en privado son silenciados, creando una ilusión de unanimidad. Más que contagio, es una norma o regla emergente que rige las apariencias externas y, en menor medida, las convicciones internas en el comportamiento colectivo.
Freud también hizo hincapié en un patrón distintivo de interacción en el comportamiento colectivo. La clave de estos grupos es el deseo de poseer un líder amado. Debido a que el líder es inalcanzable, y debido a que sus atenciones deben ser compartidas entre muchos seguidores, una relación de identificación se expresa en la demanda de uniformidad que los seguidores se imponen insistentemente unos a otros, según el ejemplo del líder.