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Salir de la Tormenta: Asalto Simpático después de una Lesión Cerebral Traumática

Resumen e Introducción

Después de un trauma múltiple agudo, la estimulación hipotalámica del sistema nervioso simpático y las glándulas suprarrenales causa un aumento de corticoides y catecolaminas circulantes, o una respuesta al estrés. En individuos con lesión cerebral traumática grave o una puntuación en la Escala de Coma de Glasgow de 3-8, esta respuesta puede ser exagerada y episódica. Un término comúnmente utilizado por las enfermeras que cuidan de estos individuos para describir este fenómeno es tormenta. Los síntomas pueden incluir alteraciones en el nivel de conciencia, aumento de la postura, distonía, hipertensión, hipertermia, taquicardia, taquipnea, diaforesis y agitación. Estos individuos generalmente están en un bajo nivel de actividad neurológica con un estado de alerta mínimo, conciencia mínima y respuesta motora reflexiva a la estimulación, y la tormenta puede llevar a un individuo aparentemente pacífico a un estado de caos. Por lo general, el diagnóstico se realiza únicamente en una evaluación clínica, y el tratamiento tiene como objetivo controlar la duración y la gravedad de los síntomas y prevenir lesiones cerebrales adicionales. El asalto puede representar un desafío para la enfermera, desde brindar atención diaria al individuo en el apogeo del episodio de asalto y tratar los síntomas, hasta educar a la familia. Una evaluación cuidadosa de la persona lleva a la enfermera al diagnóstico y la coloca en el papel de moderadora del episodio de tormenta, lo que incluye proporcionar tratamiento y evaluar los resultados.

Después de un trauma agudo, un aumento simpático inmediato proporciona la respuesta rápida necesaria para compensar los efectos de la lesión (Keller & Williams, 1993; Neil-Dwyer, Cruickshank, & Doshi, 1990; Stanford, 1994). Las expresiones externas de este aumento son hipertensión (HTA), hipertermia, dilatación pupilar, taquicardia, arritmias cardíacas, sudoración profusa, aumento de la liberación de glucosa y aumento de la tasa metabólica basal (Cartlidge & Shaw, 1981; Stanford). Some individuals suffering severe traumatic brain injury (TBI) have demonstrated a spontaneous episodic exaggerated stress response, or storming (Baguley, Nicholls, Felmingham, Crooks, Gurka, & Wade, 1999; Boeve, Wijdicka, Benarroch, & Schmidt, 1998; Bricolo, Turazzi, Alexandre, & Rizzuto, 1984; Bullard, 1987; Do, Sheen, & Brumfield, 2000; Hackl et al., 1991; Horntagl et al., 1980; Keller & Williams; Klug et al., 1984; Neil-Dwyer, Cruickshank, & Doshi; Pranzatelli, Palvlakis, Gould, & DeVivo, 1991; Rosner, Newsome, & Becker, 1984; Rossitich & Bullard, 1988; Russo & O’Flaherty, 2000; Strum, 2002; Thorley, Wertsch, & Klingbeil, 2001). Strum especula que el 15%-33% de las personas que sufren de TBI severo demostrará asalto, un indicador de mal pronóstico (Boeve et al.; Do, Sheen, & Brumfield; Pranzatelli et al.; Rossitich & Bullard; Rasgueo).

El asalto simpático tiende a asociarse con un nivel funcional neurológico más bajo y puede ser causado por lesión o presión creada por tumores, hidrocefalia o hemorragia subaracnoidea, aunque se observa con mayor frecuencia en la población con TBI (Baguley et al., 1999; Boeve et al. De 1998; Hacer, Brillo, & Brumfield, 2000; Darnell & Arbit, 1993; Keller & Williams, 1993; Russo & O’Flaherty, 2000; Strum, 2002; Thorley et al., 2001). Este artículo aborda específicamente el asalto simpático después del TCE y revisa la historia, la etiología propuesta, la presentación clínica, los parámetros de evaluación, el diagnóstico diferencial, el tratamiento, la educación familiar y el papel del enfermero.

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