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¿Qué es amenazante y cuáles son sus sanciones en Nueva York?

Cuando se menciona la palabra «asalto» en Nueva York, la gente tendrá una idea general de lo que implica. Otros términos, sin embargo, pueden ser confusos cuando se dicen y se escuchan. Esto es especialmente preocupante cuando hay acusaciones de una violación legal y la persona acusada no está segura de qué fue lo que pudo haber provocado la investigación y el arresto. Amenazante es una de esas acusaciones. Aquellos que se enfrentan a cargos de amenaza deben ser conscientes de lo que significa y cuáles son las posibles sanciones. Esto es crítico para una defensa.

Amenazante es cuando una persona hace que otros sientan miedo. Esto puede ocurrir en casi cualquier situación. Hay tres grados de amenaza: primero, segundo y tercer grado. Con amenazas de tercer grado, la persona habrá causado intencionalmente que otra persona sienta miedo de que se le inflijan lesiones físicas o la muerte. Este es un delito menor de clase B y resultará en hasta tres meses de encarcelamiento.

La amenaza de segundo grado ocurre cuando una persona pone a otra en temor razonable de que habrá una lesión o muerte al mostrar un instrumento o arma mortal; sigue o se involucra en una conducta repetida y pone a la otra persona en temor de muerte o lesión; o comete amenazas de tercer grado después de que se haya emitido una orden de protección o una orden judicial que lo prohíbe. El cargo es un delito menor de clase A y resultará en hasta un año de prisión si hay una condena.

Amenaza de primer grado es cuando hay un acto de amenaza de segundo grado y la persona que lo cometió fue condenada por amenaza de segundo grado o amenazó a un oficial de paz o a un oficial de policía en los 10 años anteriores. La amenaza de primer grado será un delito grave de clase E con una condena que conduce a hasta cuatro años de prisión.

Dadas las duras penas que pueden acompañar a una condena por amenazas y los criterios para los que puede haber una detención, es imperativo contar con asistencia letrada para hacer frente a los cargos. Tal vez hubo un malentendido o la otra parte era tanto la culpa por el incidente que precipitó la confrontación. Tener un bufete de abogados con experiencia en asalto, agresión, amenazas y otros delitos violentos es uno de los pasos más esenciales hacia una resolución positiva con cargos reducidos o una absolución absoluta. Antes de cometer un error en el caso, es clave solicitar asesoramiento legal.

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