Protocolo sin estado
En informática, un protocolo sin estado es un protocolo de comunicaciones en el que el receptor, generalmente un servidor, no retiene información de sesión. Los datos de sesión relevantes son enviados al receptor por el cliente de tal manera que cada paquete de información transferido se puede entender de forma aislada, sin información de contexto de paquetes anteriores en la sesión. Esta propiedad de protocolos sin estado los hace ideales en aplicaciones de gran volumen, aumentando el rendimiento al eliminar la carga del servidor causada por la retención de información de sesión.
Un protocolo sin estado no requiere que el servidor conserve la información de sesión o el estado de cada asociado de comunicación durante la duración de varias solicitudes. Por el contrario, un protocolo que requiere mantener el estado interno en el servidor se conoce como protocolo con estado. Una sesión orientada a la conexión TCP es una conexión con estado porque ambos sistemas mantienen información sobre la sesión en sí durante su vida útil.
Ejemplos de protocolos sin estado incluyen el Protocolo de Internet (IP), que es la base de Internet, y el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP), que es la base de la comunicación de datos para la World Wide Web.
El diseño sin estado simplifica el diseño del servidor porque no es necesario asignar almacenamiento de forma dinámica para tratar las conversaciones en curso. Si una sesión de cliente muere en mitad de la transacción, ninguna parte del sistema tiene que ser responsable de limpiar el estado actual del servidor. Una desventaja de la apatridia es que puede ser necesario incluir información adicional en cada solicitud, y esta información adicional deberá ser interpretada por el servidor.