La sauna de infrarrojos no es mejor para su salud que la sauna tradicional: romper un mito común de bienestar
Si sigue las tendencias de bienestar, es posible que se haya encontrado con la afirmación de que una sauna de infrarrojos, que calienta el cuerpo con luz, es mejor para usted que una sauna tradicional, que utiliza calor radiante de una estufa.
En resumen, esta afirmación es un mito y no está respaldada por ninguna evidencia comparativa sólida. Si bien hay diferencias entre las saunas infrarrojas y las tradicionales, la evidencia limitada que tenemos sugiere que ambos tipos de sauna son buenos para su salud.
La afirmación
Normalmente se sugiere una de dos cosas: que el tipo de calor producido por el infrarrojo conduce a efectos desintoxicantes más fuertes; o que la temperatura más baja es más cómoda, lo que lleva a una estancia más larga y, por lo tanto, a un mayor efecto.
En cuanto a la primera afirmación, no hay evidencia de que la desintoxicación sea la razón principal por la que se sienta bien después de una sauna. La excreción de metales pesados puede tener un beneficio terapéutico en casos limitados, pero no está claro qué tan bien lo logra la sauna, o si hay alguna diferencia significativa entre la tradicional y la infrarroja en este sentido.
La segunda afirmación, que la temperatura más baja del infrarrojo lo hace más efectivo que la sauna tradicional, puede aplicarse al nivel de preferencia personal, pero no tiene respaldo científico.
Sauna tradicional: una visión general
Las saunas tienen al menos 2.000 años de antigüedad y han sido una actividad social popular en muchas culturas. El tipo europeo se ha convertido en la sauna tradicional que conocemos hoy en día, una habitación con paredes de madera y una gran estufa. La característica definitoria es el uso de agua para crear vapor sobre una pila de rocas calientes.
Hoy en día, las saunas tradicionales se pueden calentar con fuego, gas o, más comúnmente, electricidad. Por lo general, se calientan entre 70º y 90ºC. La práctica estándar es sentarse en el calor durante 10-20 minutos, tomar un descanso (incluido un chapuzón en agua fría si está disponible) y luego regresar a la sauna; a veces repetir el ciclo varias veces.
Después de décadas de investigación dispersa, un equipo finlandés encontró recientemente asociaciones entre el baño regular en sauna y resultados positivos en áreas como la salud cardiovascular, la presión arterial, las enfermedades respiratorias e incluso la demencia. Su estudio más grande se basó en una cohorte de 2.315 hombres de mediana edad, con un período de seguimiento de 20 años. La temperatura promedio fue de 77ºC, y se observaron mejores resultados en los participantes que más usaron sauna (cuatro veces por semana o más).
Aunque los mecanismos precisos aún no se entienden, los investigadores sugieren que los efectos físicos de la sauna, incluidos la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respuesta celular, corresponden a beneficios similares observados con el ejercicio físico regular.
¿Cómo se compara la sauna infrarroja?
La tecnología infrarroja no es nueva, pero la sauna infrarroja solo ha ganado popularidad en las últimas décadas. Diseñada para parecerse a las saunas tradicionales, la moderna sauna de infrarrojos incluye paneles de calefacción en las paredes (sin estufa). La temperatura ambiente es normalmente mucho más baja, entre 40º-60ºC. Sin embargo, la naturaleza penetrante del calor infrarrojo te hace sudar profusamente, y tu sistema termorregulador responde de una manera similar (pero no idéntica).
Por lo general, comenzará a sudar rápidamente, pero la temperatura más baja significa una frecuencia cardíaca más baja. Las sesiones en una sauna de infrarrojos a menudo pueden durar entre 30 y 45 minutos. Esta es la razón por la que algunas personas sugieren que es más cómodo y potencialmente más seguro.
Sin embargo, la sauna tradicional a menudo implica varias rondas de calor, por lo que es fácil acumular 45 minutos (o más) con descansos de enfriamiento intermedios. Las temperaturas más altas también producen efectos similares al ejercicio más rápidamente. Por ejemplo, los resultados positivos observados en estudios finlandeses recientes incluyen a muchas personas cuyas sesiones suelen durar solo 10-20 minutos.
La sauna de infrarrojos también es menos social. Si bien algunos dispositivos infrarrojos están diseñados para más de una persona, la tendencia es hacia el baño individual.
Cualquier sauna es mejor que ninguna sauna
Mientras que el infrarrojo está ganando popularidad, falta investigación, y la gran mayoría de las investigaciones publicadas se relacionan con la sauna tradicional (que a su vez está limitada en términos de evidencia sólida).
Lo más cercano que tenemos a la evidencia comparativa es una revisión sistemática reciente, la primera en comparar estudios de sauna tradicional e infrarroja. Esta revisión concluye que todos los resultados positivos observados con la sauna de infrarrojos simplemente refuerzan lo que ya se conoce sobre la sauna tradicional.
Todavía hay mucho por explorar sobre los beneficios para la salud de la sauna. Mientras tanto, el mensaje para llevar a casa es usar la sauna que desee. Prueba cosas diferentes y escucha a tu cuerpo. Tal vez prefiera la naturaleza tranquila, privada y suave de la sauna de infrarrojos. O tal vez prefiera la experiencia sensorial más completa de la sauna tradicional, que incluye el calor, el vapor, el olor y la gente.
Sea cual sea el caso, te sentirás bien después. Así que sal y empieza a sudar.