Fiebre de la leche: Causas, consecuencias, prevención
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Hoy en día, las vacas lecheras son verdaderos atletas de primer nivel. Esto conlleva desafíos adicionales para su salud y para la gestión en la granja. Muchos de estos problemas se remontan a déficits de suministro y se pueden manejar fácilmente con suplementos alimenticios adecuados.
La fiebre de la leche es una enfermedad que se produce principalmente en vacas que están pariendo. Es causada por una cantidad insuficiente de calcio en la sangre y afecta particularmente a vacas con un rendimiento de leche muy alto.
El calcio realiza funciones esenciales en el cuerpo. Es particularmente importante para el sistema nervioso y las células musculares, y desempeña un papel central en la contracción muscular. Si el contenido de calcio en la sangre es demasiado bajo, los músculos ya no pueden contraerse. Cuando esto sucede, las vacas no pueden moverse ni ponerse de pie.
Si bien los casos leves pueden no ser fácilmente detectables, todavía desencadenan una pérdida de productividad. Si no se detecta, la deficiencia de calcio a largo plazo puede incluso provocar un paro cardíaco y, por lo tanto, la muerte del animal.
El desarrollo de fiebre de la leche
La causa de la fiebre de la leche es la falta de calcio suficiente en el suero sanguíneo (hipocalcemia). La vaca lechera tiene que cambiar abruptamente su metabolismo al final del período seco, pasando de la fase de reposo a una fase de alto rendimiento. Durante el período seco, las vacas tienen una necesidad relativamente baja de calcio.
Cuando comienza la lactancia, la necesidad de calcio de repente casi se duplica, ya que se requieren grandes cantidades de calcio para la producción de calostro (2,3 g/l). El calcio generalmente se extrae del alimento o de los huesos. En vacas mayores, el mecanismo de movilización a menudo no se inicia lo suficientemente rápido. El suministro de los huesos y la alimentación es insuficiente y el cuerpo extrae el calcio que falta de los músculos. En última instancia, esto conduce a síntomas de parálisis y sobreestimulación del sistema nervioso.
Fases de la fiebre de la leche
Etapa Uno
En la fase inicial de la fiebre de la leche, los signos iniciales son
- temblores musculares
- inquietud
- marcha rígida
- temperatura ligeramente elevada
Etapa dos
En este punto, las vacas se acuestan boca abajo con el cuello extendido o la cabeza en el flanco. Aparecen los primeros síntomas de parálisis:
- pulso rápido y plano
- superficie corporal fría
- pupilas dilatadas
- flatulencia
Etapa tres
En la última fase de la fiebre de la leche, la vaca se acuesta de lado, pierde el conocimiento y cae en coma. La tercera fase a menudo conduce a la muerte (la tasa de mortalidad promedia del 2 al 5%).
Mientras que la segunda fase de la fiebre de la leche es fácil de reconocer debido a los síntomas claros, las consecuencias de una deficiencia de calcio «leve» (Etapa Uno) a menudo se subestiman. La ingesta de alimento disminuye, el balance negativo de energía y proteínas aumenta y las vacas apenas se mueven. El deterioro de los músculos puede causar problemas en la ubre (mastitis) o en el tracto gastrointestinal.
Prevención y soluciones
Dado que los casos de hipocalcemia inmediatamente después del parto pueden llegar al 50% entre las vacas de segunda o tercera lactancia, es importante actuar preventivamente para evitar que se desarrolle la fiebre de la leche potencial. El objetivo de los productores de leche es apoyar a las vacas lecheras que tienen un mayor riesgo de fiebre láctea, especialmente en el momento crítico del parto. Se debe permitir que las vacas liberen rápidamente calcio de los huesos después del parto, o se les debe suministrar calcio que se pueda metabolizar fácilmente.
Profilaxis inicial
Se debe evitar un exceso de energía y proteínas durante el período seco. Además, una aplicación de Vitamina D3 al final del embarazo tiene sentido.
Para estimular los mecanismos reguladores activos del metabolismo del calcio, el contenido de calcio en el alimento debe reducirse de tres a cuatro semanas antes del parto. En la práctica, sin embargo, esto a menudo no se observa adecuadamente y se sigue suministrando alimento con un contenido de calcio relativamente alto durante este período.
Hay, sin duda, granjas en las que estas medidas preventivas mencionadas anteriormente no pueden llevarse a cabo por razones operativas, al igual que hay animales que son particularmente susceptibles debido a factores como la edad, la raza o los antecedentes saludables.
Para proteger a la vaca de la fiebre de la leche alrededor del parto, la administración oral de sales de calcio está muy extendida en la práctica. La vitamina D también desempeña un papel central en el metabolismo del calcio. Asegura que se aumente la absorción de calcio de los intestinos y los huesos.
Al administrar suplementos de calcio orales, hay tres puntos importantes:
– La vaca debe tener suficiente calcio disponible por dosis
– El calcio debe estar disponible de inmediato
– La administración debe ser adecuada para los animales y los ganaderos
Métodos de suplementación de calcio
Para apoyar a la vaca, los suplementos orales como pastas y geles son ampliamente utilizados. Son útiles, sin embargo, también son relativamente difíciles de administrar, ya que requieren el manejo del animal de formas relativamente difíciles.
Los líquidos son otra forma de administrar suplementos de calcio. Al administrar líquidos, es importante asegurarse de que el animal no se ahogue para que los líquidos no entren en los pulmones.
Los bolos son probablemente el método más fácil y seguro de suplementación para prevenir la fiebre de la leche. El bolo debe insertarse con cuidado de forma natural, sin embargo, el proceso es fácil y requiere un manejo mínimo del animal.
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Conclusión
La fiebre de la leche es muy común en los rebaños lecheros. Cuando una vaca tiene fiebre de leche, la granja puede incurrir en costos de aprox. €350. Esto se refleja en la pérdida de producción de leche de hasta 600 kg, las pérdidas debidas a la leche inutilizable y los costos veterinarios y de medicamentos.
Los recursos de tiempo también deben tenerse en cuenta: las repercusiones económicas representan un factor significativo, pero se suman a la carga de trabajo adicional debido a la mayor necesidad de cuidar a los animales.
Las vacas que sufren de deficiencia de calcio también son mucho más susceptibles a otras enfermedades. Para el agricultor, la mejor estrategia es evitar pérdidas a través de la profilaxis. La alimentación juega un papel central; para garantizar las mejores condiciones de producción posibles, las administraciones orales de calcio, como el bolo de Calzogol, han demostrado su eficacia en la práctica.