Estrés psicológico crónico e inflamación
Un estudio de padres con niños en tratamiento de cáncer, publicado en la edición de noviembre de 2002 de la revista Health Psychology, sugiere que el estrés crónico puede obstaculizar una respuesta antiinflamatoria natural en el cuerpo.
Para examinar los mecanismos responsables de estos efectos, los investigadores han explorado la relación entre el estrés psicológico y el sistema inmunológico, la principal defensa del cuerpo contra muchas enfermedades. En estudios anteriores se han identificado numerosos vínculos entre el estrés y la respuesta inmunitaria. En este estudio, los investigadores examinaron los efectos de las hormonas del estrés en los glóbulos blancos utilizados por el cuerpo para combatir las infecciones.
Normalmente, los glóbulos blancos se concentran en el área de la lesión o infección donde liberan sustancias químicas llamadas citoquinas para defenderse de los invasores, un proceso generalmente conocido como inflamación. Si bien la inflamación puede ayudar a combatir las infecciones, demasiada inflamación que ocurre con el tiempo en realidad puede ser perjudicial. En circunstancias normales, el proceso de inflamación se detiene naturalmente en el cuerpo cuando los niveles de una hormona del estrés, el cortisol, comienzan a aumentar. Es perjudicial para el cuerpo cuando el proceso de inflamación no se detiene como debería.
En este informe, se estudiaron cincuenta adultos sanos; la mitad eran padres de pacientes con cáncer y la otra mitad eran padres de niños sanos. Los padres de pacientes con cáncer notificaron más sufrimiento psicológico que los padres de niños sanos. También tenían pendientes diurnas más planas de secreción de cortisol, principalmente debido a la reducción de la producción durante las horas de la mañana. También hubo evidencia de que el estrés crónico afectó la respuesta del sistema inmunitario a las señales antiinflamatorias: La capacidad de una hormona glucocorticoide sintética para suprimir la producción in vitro de la citocina proinflamatoria interleucina-6 disminuyó entre los padres de pacientes con cáncer.
Los investigadores encontraron que los glóbulos blancos de los padres estresados eran menos sensibles a la hormona y menos propensos a apagar una respuesta inflamatoria que los padres menos estresados. Sus células siguieron produciendo más citoquinas.
Los hallazgos destacan el hecho de que el estrés puede interferir con la capacidad del cuerpo para detener su propia respuesta inmunitaria después de que se inicia.
Los autores del estudio también plantearon la hipótesis de que el apoyo social operaría de manera amortiguadora, y que sus «hallazgos corroboran la evidencia que sugiere que el apoyo social tiene la capacidad de amortiguar a las personas de las consecuencias inmunológicas de la experiencia crónicamente estresante.»
Por lo tanto, es menos probable que los cuerpos de esas personas que sufren estrés regulen sus mecanismos de defensa normales. Tener una red de apoyo fuerte puede ayudar a aliviar el estrés, ayudando así al cuerpo a volver a la función normal.