El Confidencial
Ahora mismo, las casas de España son un ir y venir de termómetros ante la amenaza de haber contraído el coronavirus. Es normal que nos preocupemos y usemos este medidor de temperatura corporal cada poco tiempo. Más allá de la fiebre, los síntomas del Covid-19 incluyen también tos seca, dificultad para respirar y cansancio general. Por ello, conviene no alarmarse pero sí seguir las recomendaciones de lavarse las manos y mantener una higiene correcta a riesgo de aumentar las probabilidades de contagio.
Seguro que te han surgido las dudas relativas a cuál es la temperatura corporal adecuada para preocuparte, es decir, cuándo empieza a considerarse fiebre, ya que este es el síntoma más claro del coronavirus. Antes de nada, hay que precisar que el número de grados centígrados que presenta un cuerpo depende de la persona y de la situación en la que se encuentre.
La temperatura corporal humana ha ido bajando con el paso de los años gracias a las mejoras sanitarias y el aumento de la esperanza de vida
Como aseguran los médicos, la temperatura corporal va variando a lo largo del día, ya que no es la misma cuando te levantas que cuando te acuestas. La más alta considerada normal estriba en los 37,5º, mientras que la más baja entre los 36,5º. Por otro lado, el padre de la termometría clínica, Carl Reinhold August Wunderlich, estableció en 1851 que la normal se considera 37º.
Hay muchos estudios que intentan establecer cuál es la temperatura media adecuada de nuestro cuerpo. Una investigación de 2017 realizada en 35.488 y pubicada en el ‘British Medical Journal’ halló que la media se encuentra en los 36,6º, un poco menos que la establecida por Wunderlich. De ahí que otro estudio más reciente, realizado este mismo año por la Universidad de Medicina de Stanford, asegure que a medida que pasan los años y las generaciones, la temperatura va decreciendo: en concreto, cae 0,03º por década.
¿A qué se debe esta bajada de temperatura? Los científicos que realizaron el estudio concluyen que es debido al aumento de la esperanza de vida y de la mejora progresiva de los sistemas de salud. Estos son los dos factores que han provocado que con el paso de los años, tengamos la sangre más fría de media.
Si tan solo son unas décimas por encima y notamos cierto malestar, estaremos hablando de febrícula o fiebre a secas. Esta temperatura puede llegar a los 38º o un poco más. En cambio, cuando supera esta marca, y sobre todo si llega a los 39º o 40º, ya se la considera hipertemia. Este estado corporal es muy peligroso, ya que puede causar un estrés celular y un infarto cardíaco.
Los métodos más fiables
En España, el más común es el termómetro bajo la axila, pero esta forma no llega a ser del todo precisa, ya que en el resultado influyen factores ambientales. Los hay analógicos y digitales, pero el lugar más apropiado para medir la temperatura no es otro que el recto. Aunque por cuestiones culturales y escrupulosas, la más común sigue siendo la axila. En bebés, se ha popularizado en los últtimos años el chupete termométro gracias a los avances tecnológicos. Otros de los instrumentos punteros que hemos visto estos días es el control de la temperatura con pistolas láser que la miden al momento apuntando en la frente.