Deforestación
Los bosques son vitales para la vida, albergan a millones de especies, protegen el suelo de la erosión, producen oxígeno, almacenan dióxido de carbono y ayudan a controlar el clima.
Los bosques también son vitales para que vivamos, ya que nos proporcionan alimentos, refugio y medicamentos, así como muchas otras cosas útiles. También purifican el aire que respiramos y el agua que necesitamos para sobrevivir. La deforestación por parte de los seres humanos está causando que todas estas funciones necesarias se reduzcan, y por lo tanto dañan aún más la atmósfera.
Los bosques desempeñan un papel muy importante en el ciclo del carbono en nuestro planeta. Cuando se talan los bosques, no solo se interrumpe la absorción de carbono, sino que también el carbono almacenado en los árboles se libera a la atmósfera como CO2 si la madera se quema o incluso si se deja pudrir después del proceso de deforestación.
Los cultivos más pequeños, por ejemplo, las plantas y los cultivos agrícolas, también absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, sin embargo, los bosques almacenan hasta 100 veces más carbono que los campos agrícolas de la misma área.
La deforestación es un factor importante en el cambio climático mundial. El cambio climático se debe a la acumulación de dióxido de carbono en nuestra atmósfera y si continuamos reduciendo la herramienta principal que tenemos para disminuir esta acumulación de CO2, podemos esperar que el clima de nuestro planeta cambie drásticamente en las próximas décadas.
Se estima que cada año se liberan a la atmósfera más de 1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono debido a la deforestación, principalmente la tala y quema de bosques.
Más de 30 millones de acres de bosques y bosques se pierden cada año debido a la deforestación; causando una pérdida masiva de ingresos a las personas pobres que viven en áreas remotas que dependen del bosque para sobrevivir.