Cúpulas de lava
Este tipo de formas terrestres consisten en montículos de lava empinados de domal tan viscosos que la lava se acumula sobre su ventilación sin que fluya. Los tipos de rocas que forman los domos de lava son generalmente andesitas, dacitas o riolitas. De alguna manera, estas lavas viscosas han perdido gran parte de su contenido de gas en erupciones anteriores o durante un lento ascenso a la superficie. Aun así, no es inusual que un domo de lava en crecimiento activo tenga una erupción explosiva que interrumpa todo o parte del domo. Muchos domos de lava crecen por intrusión interna de lava que causa hinchazón y ahondamiento excesivo de la cúpula. Los deslizamientos de rocas construyen un delantal de bloques de taludes alrededor de los lados inferiores de la cúpula. Los domos de lava pueden formar montículos de varios cientos de metros de altura con diámetros que van desde varios cientos hasta más de 1.000 metros (3.300 pies). Los flujos de lava gruesos a veces se mueven a distancias cortas de la cúpula y distorsionan su forma generalmente circular u ovalada. Un buen ejemplo de un domo de lava es el del cráter de explosión en el Monte Santa Helena.