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Cómo tratar y prevenir los calambres

Causas de los calambres

La causa exacta es aún desconocida, si bien es cierto que existen ciertas situaciones que pueden conducir a ellos:
– Esfuerzo excesivo (uso excesivo de un músculo en concreto).
– Deshidratación.
– No estar en forma.
– Falta de electrolitos (por ejemplo, sodio) en su dieta o pérdida de éstos, por ejemplo a través del sudor.
– Insuficiente riego sanguíneo en los músculos.
– Altas temperaturas en el momento en el que se realiza el ejercicio físico.
– Técnica de ejercicio deficiente.

De todas éstas, se cree que la causa principal sería el realizar un esfuerzo excesivo –bien sea al realizar el ejercicio físico durante más tiempo o con mayor intensidad. Esto explica por qué es habitual el hecho de tener un calambre al final de una prolongada o extenuante actividad, como una maratón, o después de un ejercicio de alta intensidad como las carreras de velocidad.

Tratamiento de los calambres

Aunque cualquier músculo puede llegar a sufrir un espasmo, los calambres suelen afectar a un grupo de músculos en la:
– Parte frontal del muslo (cuádriceps).
– Parte posterior de muslo (isquiotibiales).
– Pantorrilla (gemelos).

Consejos

A continuación, damos algunos interesantes consejos a tener en cuenta cuando suframos un calambre:
– Parar de realizar ejercicio físico.
– Estirar con cuidado el músculo ya que así reduciremos la presión que se está ejerciendo sobre el mismo. Mantener el músculo estirado hasta que los calambres cesen.
– Si tiene un calambre en la pantorrilla, coloque la mano sobre el músculo y vaya subiendo, poco a poco, los dedos hasta llegar a la rodilla.
– Si sufre un calambre en los cuádriceps, manténgase de pie, levante el tobillo hacia las nalgas y mueva la parte superior del pie y el talón para estirar el músculo.

Para estirar los músculos isquiotibiales, siéntese y estire la pierna, manteniendo la rodilla sin flexionar, e intente inclinarse hacia delante hasta tocar su pie.
– Masajear suavemente el músculo.
– Beber agua o bebidas isotónicas para reemplazar los posibles líquidos y electrolitos perdidos.
– Caminar un poco.
– El hielo puede aliviar si tiene los músculos sensibles y doloridos. Coloque una bolsa de hielo envuelta en una toalla. No aplique el hielo directamente sobre la piel ya que puede dañarla. Mientras realiza estiramientos, puede utilizar el hielo para así reducir el flujo sanguíneo, lo que ayudará a relajar el músculo.

Cómo prevenir los calambres

Como con cualquier lesión, es mejor prevenir que curar. Es posible que los siguientes consejos le sean útiles para prevenir lesiones, incluidos los calambres.

ENTRENAMIENTO
Trate de graduar la intensidad y duración del ejercicio físico. De esta forma, su cuerpo tendrá tiempo para adaptarse al incremento de actividad.

HIDRATACIÓN
Compruebe que se encuentra hidratado, ya que la deshidratación es una de las causas que puede producir calambres. El color de la orina es un indicador útil para conocer el grado de hidratación de una persona. Generalmente, la orina de color oscuro da a entender que la persona se encuentra deshidratada; por otro lado, el color por así decir ideal sería un amarillo pálido.

REEMPLAZAMIENTO DE ELECTROLITOS
Tras el ejercicio, el reemplazar los electrolitos perdidos ayudará a prevenir los calambres. La clave es tener una dieta sana y equilibrada. Realizar ejercicio en climas húmedos o cálidos hará que pierda más sales y electrolitos con el sudor. En este caso, necesitará reemplazarlos añadiendo sal a las comidas o bebiendo ciertas bebidas isotónico -energéticas.

Sin embargo, no lo haga si tiene alta la presión sanguínea o problemas de corazón o riñón, ya que el exceso de sal puede agravar estos problemas. Para más información, consulte con su médico de cabecera.

EQUIPAMIENTO
Es recomendable llevar ropa y zapatillas adecuadas para realizar ejercicio. Si utiliza cualquier equipamiento específico para realizar deporte, asegúrese de que es adecuado para usted y sabe utilizarlo de forma segura.

ESTIRAMIENTO
Algo comúnmente extendido es creer que estirar los músculos reduce la posibilidad de sufrir ciertas lesiones, incluidos los calambres. Sin embargo, no está plenamente comprobado que esto sea cierto. Si sufre con frecuencia calambres, es conveniente que consulte con su médico de cabecera o su fisioterapeuta para que le asesoren lo mejor posible.

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