Cómo escribir un Discurso de Apertura eficaz
Es un honor que se te pida que pronuncies un discurso de apertura: quieres dar lo mejor de ti. Cuanto más largo sea un discurso, más fácil será perderse en el texto. Escribir un discurso corto puede tardar un par de horas o medio día, pero redactar, editar y finalizar un discurso de apertura puede tardar semanas. La organización y el esbozo pueden ahorrarle interminables horas de revisiones.
Escribir una Keynote
Hay cuatro principios básicos para recordar cuando te sientas a escribir tu keynote asesina.
- Entiende a tu audiencia. ¿Quiénes son y cómo se relacionan con su tema? ¿Cuáles son sus botones calientes? ¿Cómo puedes conseguir que no solo estén en la audiencia, sino que escuchen y estén de acuerdo? ¿Cuáles son las palabras, frases o puntos de información que harán que las cabezas asintan de acuerdo?
- Empieza al final. ¿Qué quieres que haga el público? En un mundo perfecto, ¿qué inspiraría a cada persona a levantarse y hacer después de escuchar su discurso? Todo en su discurso debe acumularse hasta ese llamado a las armas o punto de resonancia. Si traes al público en línea recta, o si lo telegrafías, el discurso será aburrido. Intenta añadir un poco de humor.
- Divídalo en tres partes y divídelas en tres. Es difícil abordar un discurso de 30 minutos, pero al dividirlo en tres secciones de 10 minutos cada una, luego tomar esas tres secciones y dividirlas cada una en tres, puede trabajar en los 10 segmentos de tres minutos de forma independiente hasta que estén pulidos. Esta no es una regla estricta, sino una técnica que es una buena manera de asegurarse de que cada parte de su discurso esté equilibrada. Si simplemente escribes todo el texto, la estructura podría perderse. Podrías pasar 15 minutos describiendo un problema y dos minutos en la solución sin darte cuenta.
- Variedad, variedad, variedad. Si su discurso no es más que estadísticas, el público puede volverse en su contra. Cualquier tipo de repetición debe tener un propósito. Demasiado de lo bueno se vuelve malo. Un discurso de apertura sólido tiene variedad: historias sobre personas reales, ejemplos de la historia, metáforas, números interesantes, nuevas ideas y otros momentos emocionantes para mantener al público involucrado.
Buen vs Grandes discursos
Un gran discurso no se limita a unir elementos. Los teje como un tapiz y lleva al público a una montaña rusa. Mira cada sección del discurso y pregúntate: «¿Qué emociones sentirá el público? ¿Qué hay de la sección antes y la sección después?»
El discurso no debe ser aleatorio o repetitivo. Incluso si estás hablando de un tema difícil, como el hambre o la enfermedad o una recesión económica, hay una razón por la que estás hablando, y esa razón es la esperanza de un cambio. Treinta minutos de «este es un horrible, horrible problema «y» gracias por dejarme hablar » no funcionarán.
Dé a la audiencia la esperanza de que puede marcar la diferencia o alimentar la reflexión sobre el tema, y ofrezca cursos de acción concretos y específicos, junto con la razón de ser y el resultado esperado. Decir explícitamente, «Puedes hacer algo» es demasiado directo. En Hollywood, dirían que el diálogo está «en la nariz».»
Cuenta historias reales sobre personas promedio, no multimillonarios o genios, que marcaron la diferencia. Gente local, si puedes. Hazlo real para tu audiencia.
Probablemente haya alguien en la audiencia que se verá afectado por este problema o que haya trabajado como voluntario o defensor. La historia de esa persona es oro retórico. No empieces con eso, termina con eso.