Addictovigilancia Nuevas drogas sintéticas en la vigilancia de la adicción
Los consumidores de drogas disponen cada vez más de nuevas sustancias, también conocidas como «drogas de diseño» o «efectos legales». Desde 2005, los Estados miembros de la Unión Europea han notificado doscientas quince sustancias no incluidas en la lista. Estas drogas sintéticas, que se han desarrollado para eludir la legislación sobre drogas, son análogos o derivados de drogas y medicamentos existentes. La disponibilidad de estos «máximos legales», que se venden en Internet bajo varias denominaciones, como sal de baño, fertilizante para plantas, productos químicos no destinados al uso humano o especias, es ilimitada. Los efectos que sienten los consumidores varían, y las sustancias pueden ser estimulantes, entactogénicas, alucinógenas, psicodélicas o disociativas. Las dianas farmacológicas también varían, y pueden ser el aumento de los niveles extracelulares de neurotransmisores a través de diferentes mecanismos (inhibición de la recaptación, estimulación de la liberación intracelular) o bien la fijación en receptores específicos. Se trata de varias clases químicas, a su vez divididas en subclases: fenetilaminas, triptaminas, piperazinas, catinonas, cannabinoides, etc. La toxicidad de los principales miembros de estas categorías es cada vez más conocida, siendo los más perjudiciales los efectos conductuales, las manifestaciones físicas y las consecuencias cardiovasculares. Sin embargo, pequeñas variaciones en su estructura química pueden generar efectos cuantitativamente diferentes, aumentando así su toxicidad o potencial adictivo, y queda mucho por hacer en términos de conocimiento sobre estos nuevos medicamentos. De hecho, estas sustancias están presentes en el territorio francés, como demuestran los datos proporcionados por el Observatoire Français des Drogues et Toxicomanies y las notificaciones de la red francesa de Vigilancia de la adicción. El cribado en los laboratorios de toxicología clínica no está muy extendido, ya que estas moléculas no se detectan en las pruebas de cribado estándar, por lo que probablemente haya una subestimación del uso de estos nuevos fármacos. La legislación sobre estas sustancias cambia regularmente, y cada vez son más los países que las clasifican como «estupefacientes» o drogas psicotrópicas ilegales para restringir su uso, aplicando una clasificación genérica cuando es posible.